La verdad, es que pocas plantas de interior son tan agradecidas y fáciles de multiplicar como esos pequeños trepadores, los potos.
Tan sencillo como cortar un extremo de una ramita con tres o cuatro hojas y ponerlas en un jarroncito con agua.
El agua habrá de cubrir las bases de esas hojas y en una semana, veréis cómo le empiezan a crecer raíces de cada una de las hojas.
Yo el mío por ahora lo voy a mantener en agua y cuando crezca mucho, lo plantaré y repetiré la operación, le cortaré las últimas hojas y las volveré a poner en agua.
Lo mejor de esto es que, si conoces a alguien que tiene un poto y te quiere dar un 'chitito', no necesitas comprarla :)
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